Sobre la aparición de la EAE

En estas fechas me imagino que todo el mundo sabrá que en la víspera de San Juan salió publicada en el BOE la tan esperada instrucción del Acero Estructural, EAE. Como en el caso de la EHE sale así, tal y como Dios la trajo al mundo, sin fecha de referencia ni nada, porque las cosas bien hechas están predestinadas a durar para siempre: hay que denominarla EAE y no EAE-11 ó EAE-2011 (a la EHE, pobrecita, la jubiló diez años después la EHE-08, y desde entonces nadie sabe cómo llamarla). El ministerio nos da seis meses para asimilarla antes de que sea de aplicación, de forma que no entrará en uso hasta la víspera de Navidad.

Si quieréis que os diga la verdad, ni me leí el documento 0 que sacaron para exposición pública (gratis no trabajo, y menos para esta norma) ni me he leído aún prácticamente nada de sus 700 páginas; prefiero esperar a que salgan las correcciones, si es que las tiene que haber (paso de tener la norma hecha un asco como en el CTE, con correcciones de las correcciones escritas a mano a diferentes tintas), y a que el ministerio publique el libro oficial con los jugosos comentarios que, si tenemos que hacer caso de otras normas de nuestra Hispania, a menudo acaban formando un cuerpo doctrinal paralelo al articulado, de similar extensión y no siempre coherente con él.

Pero no os engañaré: admito que no he podido resistirme a hojearla, someramente pero con curiosidad insana por ciertos aspectos, y a continuación os expongo mis observaciones:

  • Lo primero que he leído, por supuesto, es su ámbito de aplicación, y ha resultado ser más divertido de lo que me pensaba: la EAE es de aplicación tanto en edificación como en ingeniería civil, y se especifica que para construir un edificio se puede utilizar indistintamente tanto la nueva norma como el CTE-SE-A. Después de mucho tiempo y no pocos esfuerzos España ha conseguido ser, seguramente, el único país del mundo en tener tres normas de acero para hacer exactamente lo mismo: el Eurocódigo 3 (la buena), el CTE-SE-A (la copia mala) y la EAE (la nueva copia, ya veremos si buena o mala). Sólo se me ocurre una palabra: ¡Olé!
  • El preámbulo intenta justificar el porqué de esto último: resulta que el CTE-SE-A, que según dicen es la adaptación española del Eurocódigo (me ahorro los comentarios, que los que me conocen ya saben por donde irían..), será modificado en un futuro para convertirse en el hermanito pequeño de la EAE, una norma simplificada para edificación «convencional» y supeditada a ella (la norma de los arquitectos frente a la norma de los ingenieros de caminos, jeje).
  • Hojeando el índice vemos que pocas cosas hay nuevas bajo el sol: los capítulos más novedosos, los que aportarán algún valor añadido que no teníamos en el Eurocódigo, se reducen al capítulo VII (durabilidad), a los títulos 6º, 7º y 8º de ejecución, control y mantenimiento y poco más.
  • Una curiosidad: cuando salió el CTE decidieron traducirlo íntegramente al catalán (CTE en català); desgraciadamente se olvidaron de traducir las sucesivas modificaciones y de adaptar los textos consolidados, lo que invalidó todo el esfuerzo realizado (esfuerzo pagado entre todos, por supuesto). Esta vez, con la EAE, han cambiado significativamente de criterio: en lugar de al catalán lo han traducido al inglés (EAE in English). Me ahorraré los chistes fáciles…

Bueno, por hoy ya basta, que por algo hice votos de brevedad. En una entrada posterior os contaré un caso práctico del apartado de control de la norma: de momento sólo os adelantaré que la norma no superó la prueba del algodón …