Jornada en la ACE sobre conexión de corrugados con resinas

Aun a riesgo de convertirme en la rana Gustavo, «el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo«, continuaré mi labor de periodista oficioso de la ACE y os relataré la jornada que el pasado jueves organizó la asociación junto con Hilti.

El tema no podía ser más interesante: la exposición de los criterios de Hilti para calcular la fijación de barras corrugadas con resinas en elementos de hormigón junto con un software de cálculo, y efectivamente la sala estaba bastante llena de socios con sed de conocimiento. La ponencia fue a cargo de María Luz España, de la oficina técnica de Hilti en Madrid, y de Albert Marull, nuestro enlace con Hilti como socio protector de la ACE.

España comenzó explicando las excelencias de las resinas de Hilti (HIT-HY 150 MAX, HIT-RE 500 y alguna más) que permiten equiparar las barras por ellas fijadas con las barras embebidas. De esta forma, los ensayos confirman que la resina garantiza una adherencia superior a la del hormigón, presenta una rigidez del mismo orden y otorga una durabilidad superior. Por cierto, la resina «normal«, la de los ingenieros de a pie como yo, es la HY 150 MAX; la RE 500 es para los machotes que utilizan barras gordas y temperaturas elevadas.

En ese momento reconozco que me pregunté: fantástico, si una barra a posteriori con resina aguanta más que si fuera embebida (lo que no sé vosotros, pero yo siempre había asumido), para qué demonios necesitamos un software que la calcule? Ah, amigos míos: el mundo es muy amplio y no todo es pinchar las barras que el fiera del encargado se ha olvidado en la cimentación o las que necesitamos para recalzar la zapata de turno, no: ¡los de Hilti apuntan más arriba!

En primer lugar calcular el anclaje con resina permite apurar la profundidad del taladro, lo que nos agradecerán todos los operarios y todos los bolsillos de los clientes. Pero es que además permite anclar barras donde las instrucciones del hormigón no lo permiten. Aclaremos esto último.

En una unión viga-pilar, por ejemplo, la armadura superior de la viga necesita patilla para quedar bien anclada, pero esto obviamente no se puede hacer si la barra se coloca a posteriori. Por más que nuestra resina retenga la barra como un ministro retiene la poltrona la transmisión de esfuerzos en el pilar no será correcta. No? No, «a menos» que prescindamos de todo lo que nos han enseñado sobre hormigón armado e introduzcamos la teoría del cálculo de anclajes. De esta forma podremos movilizar el famoso cono de los anclajes, hacer trabajar a tracción el hormigón más de lo que nos permite la instrucción y justificar, vía ETAG, la bondad del anclaje de nuestra barra.

Y eso es precisamente lo que hace Hilti y su programita: justificar la conexión según el Eurocódigo 2 en los casos en que es posible, e ir más allá, gracias a los ensayos de laboratorio, donde la instrucción no llega. Hay que reconocer que los de Hilti se lo curran y, lo que es muy importante, dejan claro cómo y qué hacen en cada momento.

La ponencia de España, más o menos, explicó todo esto (quien quiera una muy buena justificación puede acudir al manual técnico que Hilti pone a disposición de todo el que quiera registrarse) . A continuación le tocó el turno a Marull, que hizo una demostración práctica del flamante nuevo programa de cálculo. Este software es tan nuevo que aún no se encuentra disponible, aunque nos han prometido que lo estará esta semana. Todo lo que puedo decir es que se parece mucho al Profis Anchor: gráficos súper-guays y motor de cálculo súper-lentorrete.

Durante la exposición al respetable público no se le pasó por alto un detalle: la típica conexión forjado-muro pantalla siempre está representada, en los modelos de bielas y tirantes que emplea Hilti, por una armadura superior y otra inferior en el caso de empotramiento y sólo una inferior en caso de simple apoyo, y en todo caso con continuidad con la armadura del forjado. La pregunta se hizo inevitable, primero como un murmullo y luego expuesta con vehemencia por varios: ¿qué pasa con el típico detalle que «todos» usamos «siempre«, donde hay una única armadura en la mitad del canto de la losa? ¡Ay!, para eso Hilti no tiene respuesta: estas excentricidades de los países latinos no tienen cabida en las mentes de los ingenieros alemanes. (Por cierto, Marull asegura que no hay que dar inclinación al agujero para que la resina entre bien: con las actuales técnicas de inyección los agujeros horizontales no tienen ningún problema).

De todas formas tendremos que reconocer que ni nosotros mismos somos capaces de explicar cómo funciona esta conexión que tanto éxito ha tenido, ni quién fue el crack que se la inventó. Además, parece estúpido poner la barra en medio, cuando resulta obvio que el forjado presiona hacia abajo y la barra reacciona hacia arriba: cuando más abajo la pongamos mejor funcionará. También he visto la alternativa de colocar las barras al tresbolillo, unas más arriba y otras más abajo, con la sana intención de prever errores de replanteo en la posición del forjado. Quizás es eso lo que no entra en la cabeza a los técnicos por encima del Rin: que primero se pongan los anclajes y luego se replantee el forjado. ¡País!