Jornada técnica sobre el terremoto de Lorca

Hoy os comentaré la interesantísima jornada que la ACE organizó, de la mano de Antoni Blázquez, el pasado 17 de mayo. Sí, compañeros, ya sé que estamos en septiembre y que me hubiera tenido que poner las pilas antes, pero es que, como le gusta decir a un buen amigo mío, «voy más liado que la pata de un romano». En fin, hay lo que hay y ya he decidido convertir este blog, que ingenuamente había declarado de periodicidad semanal, en oficialmente aperiódico, decididamente impuntual e intencionadamente anárquico. ¡Y punto!

Bueno, como iba diciendo, la jornada se presentaba interesantísima, pero en realidad me he quedado corto: al ver la propaganda ya intuí que tendría un morbo tan irresistible que creo haber sido el primero en pagar los 30 euracos por asistir. Y es que por primera vez tuve la oportunidad de ver en la misma mesa, hablando de sismos, al insigne Florentino Regalado y al mismísimo Álex Barbat!

El choque de trenes entre estas dos concepciones antagónicas de la disciplina sismorresistente estaba garantizado y, la verdad, no me decepcionaron (no esperéis de todas formas que os relate un show a lo Belén Esteban: hablo en un plano meramente intelectual; desgraciadamente ambos son unos verdaderos caballeros y mantienen unas relaciones muy cordiales).

Xavier Goula y Sara Figueras

Pero vayamos por partes. Tras la presentación institucional, el primero en tomar la palabra fue Xavier Goula, responsable del área de sismología del IGC y vicepresidente del AEIS. Nos presentó los rasgos principales del terremoto:

  • Intensidad VII
  • Magnitud 5,1
  • Aceleración máxima de 0,376 · g
  • Duración inferior a 1,5 segundos
  • Elevación del terreno (y consecuente hundimiento), medida por radar, del orden de 3,5 cm.

No está nada mal, y es que el epicentro cayó muy cerca de la ciudad y además fue muy superficial (aspectos que parece ser no tienen precedentes en España). Por fortuna, la reducida duración del seísmo evitó consecuencias peores.

Como complemento de la exposición de Goula, Sara Figueras (responsable de la unidad de ciencias geofísicas del IGC), se centró en los efectos locales del seísmo. Porque se comprobó que, debido a las diferentes características del subsuelo y los efectos topográficos, la incidencia del terremoto no afectó por igual toda la ciudad. Así, el barrio de la Viña fue el más afectado, aunque se encontraba más lejos al epicentro que el resto de la ciudad, y se observaron más daños en la zona llana que en la zona alta de Lorca, hasta el punto de que, para un determinado instante, la amplificación máxima detectada doblaba la mínima.

Las conclusiones conjuntas Goula / Figueras fueron que el terremoto de Lorca tuvo una magnitud moderada y previsible según los estudios previos, pero con un movimiento vibratorio particularmente intenso en la ciudad debido a una ruptura muy superficial y muy próxima que no provocó mayores consecuencias gracias a su corta duración: Dios aprieta, pero no ahoga.

Carmen Sandoval

Carmen Sandoval es una directora general del Gobierno de la Región de Murcia, y tuvo que pasar el trago de estar al pie del cañón tomando parte en la coordinación del dispositivo de emergencia en la ciudad. Según ella explica, el 11 de mayo de 2011 se produjeron 3 sacudidas sísmicas:

  •  A las 17:05 h, con una magnitud 4,5. Esta vibración sólo produjo daños materiales, y tuvo el efecto beneficioso de alertar a la población.
  • A las 18:47 h, con una magnitud 5,1. Rompiendo los esquemas «habituales» en los fenómenos sísmicos, esta réplica tuvo una magnitud superior a la primera. Fue la que provocó los principales destrozos en edificaciones ya dañadas por la primera sacudida, y la que provocó del orden de 300 heridos y 9 muertos.
  • A las 22:37 h, con una magnitud 3,9.

Como no podía ser de otra forma, Murcia tiene un plan de emergencia para terremotos, llamado SISMIMUR. A la hora de la verdad, sin embargo, se encontraron con que el plan no estaba desarrollado y consistía únicamente en un simple listado, lo que parece ser que es lo habitual en nuestra península. Además, lo previsto en el plan no coincidía, lógicamente, con la cruda realidad: para empezar, durante una hora el colapso en las comunicaciones fue total, y ni siquiera se sabía dónde emplazar el puesto de mando avanzado …

Sandoval llegó a la ciudad hacia la una o las dos de la madrugada en el primer convoy de ayuda, y a primera hora de la mañana se le asignó la dirección del grupo de evaluación sísmica. Dividieron la ciudad en 29 sectores, y formaron equipos de 5 técnicos voluntarios, venidos de toda España y dirigidos por un técnico conocedor de la ciudad, a fin de evaluar los edificios afectados y clasificarlos según no tuvieran daños (código verde), tuvieran daños moderados (código amarillo) o tuvieran daños severos (código rojo). Estos técnicos voluntarios, que no eran en general especialistas en patología estructural, revisaron 7.500 edificios en 36 horas y decretaron el desalojo de 15.000 personas la primera noche. Casi ná.

Había, eso sí, el «grupo cero», formado por 20 técnicos especializados en patología estructural y dirigidos por Juan Roldán (Director de la Escuela de Arquitectura de la UCSA de Murcia) que tenían la misión de evaluar los edificios marcados con código rojo.

Los 200 técnicos voluntarios que participaron en estas tareas lo hicieron de forma gratuita y generalmente desinteresada, y es innegable que pusieron en peligro su integridad física por una causa altruista. El servicio que prestaron a la sociedad en general ya la ciudad de Lorca en particular no lo puede negar nadie, y desde aquí quiero hacer mío el agradecimiento que expresó Sandoval hacia ellos. Ahora bien, este sistema de voluntariado presentó una serie de problemas que deberían evitarse en catástrofes posteriores y que Sandoval resumió en estos dos puntos:

  • Los técnicos que participaron no eran, por norma general, especialistas en patología estructural, no tenían ninguna experiencia previa en evaluación de edificios en situación de pre-colapso y no habían recibido ninguna formación específica en este campo. En resumen: iban más perdidos que un pulpo en un garaje.
  • Su disponibilidad era muy limitada: a los tres días ya volvían a casa. Lógicamente, irte a la otra punta del país para un trabajo no remunerado no debe ser fácil.

La conclusión es clara: con técnicos especializados en patología estructural y formados específicamente para hacer frente a estas situaciones se hubiera sido mucho más eficiente y hubiera sido necesario menos personal. Que los técnicos vivan cerca de la zona también es importante (y que cobren, también, qué caray), así que en Murcia ya están formando un equipo de técnicos capaces de reaccionar desde el primer minuto.

Para los consultores de estructuras especializados en patología y rehabilitación estas conclusiones son muy relevantes. Conviene que nos pongamos las pilas y creemos task force units de intervención rápida. Toquemos madera para que nunca nos encontremos con una situación como la de Lorca, pero desgraciadamente de vez en cuando se producen pequeñas catástrofes (derrumbe de edificios por falta de mantenimiento o afectaciones de obras cercanas) que requieren la actuación inmediata de un equipo de técnicos adecuadamente preparados. Os puedo adelantar que la Asociación ya empieza a moverse en este sentido, y por ejemplo ya ha dado asistencia al Ayuntamiento de Mataró en el reciente derrumbe de dos edificios. Pero de eso ya os hablaré en otra ocasión.

Juan Roldán

Roldán comenzó su ponencia exponiendo las estadísticas de siniestralidad de los edificios, resaltando que la totalidad de las 9 muertes fueron provocadas por el desprendimiento de elementos secundarios: cornisas, molduras, decoraciones, etc., todo un aviso a navegantes.

De los 5.000 edificios de Lorca colapsó solamente uno, sufrieron daños graves unos 400 y se han derribado, o en están en trámite de derribo, 265. La totalidad de edificios afectados, pues, ha sido del orden del 13%.

Su intervención se centró entonces el protocolo que a su entender debería aplicarse en estos casos:

  • Fase 0. Inspecciones de urgencia en base a una ficha preparada previamente, y asignación del código de colores en cada edificio en función de su grado de afectación. Duración de entre 1 y 5 días.
  • Fase 1. Verificación de los apuntalamientos. Duración entre 5 y 20 días. Sí señor, porque un apuntalamiento mal diseñado o insuficiente (que son buen parte de los que se hacen) es peor que no hacer nada, ya que se da una falsa sensación de seguridad.
  • Fase 2. Actuaciones de carácter inmediato. Duración entre 1 y 2 meses.
  • Fase 3. Redacción de los informes prescritos en el artículo 1.3.3 de la NCSE-02 (ojo: ¡preceptivos haya o no daños en el edificio!).
  • Fase 4. Actuaciones finales.

De las muchas, interesantísimas y divertidísimas cosas que Goula explicó me quedo con la siguiente:

«El diseño sismorresistente se debe asumir sin tener que recurrir a análisis analíticos: se necesitan manuales sencillos de diseño sismorresistente (que hablen de todos los elementos de la edificación, no sólo de la estructura) y menos cálculos sofisticados.»

Olé! Quizás os sorprenda que yo, que doy de comer a mis hijos vendiendo análisis estructurales, esté de acuerdo con eso, ¡pero es que es exactamente lo que pienso!

Actualmente es demasiado frecuente que el arquitecto generalista se despreocupe por completo del diseño sismorresistente, desarrolle su proyecto como si en este planeta sólo existiera una fuerza llamada gravedad (a veces ni eso …) y pase luego el muerto al calculista (¡ecs! ) de turno para que le ponga el sello «cumple la normativa sismorresistente». Y sí, la normativa sismorresistente la cumplirá, pero, como nos dirá ahora Florentino Regalado, el único edificio que cayó en Lorca «cumplía» con la norma.

Florentino Regalado

Le toca ahora al inigualable Florentino Regalado, Dr. Ingeniero de Caminos y autor de la estructura de muchísimos edificios en altura, especialmente en la costa del levante español.

Regalado abrió fuego comparando «lo que está pasando ahora en Lorca» con «La Comunidad«, genial película de Álex de la Iglesia. Según él, la realidad de los 265 edificios derribados o por derribar es cruel: la mayoría se podrían salvar pero, entre técnicos sedientos de trabajo y propietarios sedientos de indemnizaciones, nadie está por la labor.

Y hurga en la herida quejándose del sistema de cálculo de honorarios, queja en la que yo mismo no puedo estar más de acuerdo: los honorarios se calculan habitualmente según el presupuesto de ejecución, así que los malos técnicos que no ven más salida que derribar y rehacer cobran mucho más y trabajan mucho menos que los buenos técnicos que se rompen los cuernos para encontrar una solución económica basada en la rehabilitación. ¡Así se habla, Florentino!

En cuanto a sus observaciones en la zona de los hechos resaltaré estas dos:

«La mayoría de puntales no servían de nada»

«Casi todos los refuerzos de Lorca se han hecho a sentimiento, sin hacer ni un número»

La verdad, no sé porque pero me creo las dos afirmaciones sin necesidad de demostración …

Por otra parte, y entrando en controversia con Figueras, asegura que la reducida duración del sismo no hace creíble que los daños registrados en el barrio de la Viña sean superiores al resto de la ciudad por tener un subsuelo menos rígido: simplemente ha sucedido que en este barrio las construcciones son de pésima calidad.

Siguiendo con la exposición de Regalado, como no podía ser de otra forma le tocó recibir a la normativa sismorresistente: el paso de la norma de 1994 a la norma de 2002 significó un aumento significativo de cuantías en los edificios, y Regalado se pregunta por qué, si resulta que en este periodo no se produjeron registros sísmicos de importancia, y augura que la nueva norma que se publicará aún incrementará más los esfuerzos de cálculo…

Y fue más allá, manifestando que le encantaría que la nueva norma abandonara definitivamente el cálculo por formación de rótulas, al fin y al cabo imposibles de calcular por la distorsión debida a los cerramientos de fábrica (e imposibles de materializar en un edificio de forjados reticulares, añadiría yo!).

La nueva norma, en fin, debería facilitar el trabajo especificando refuerzos sencillos, de base empírica, más que complicando el sistema de cálculo o incrementando los esfuerzos resultantes. Y es que – en esto estaremos todos de acuerdo – más vale construir bien sin contar con los esfuerzos sísmicos que mal habiendo hecho un cálculo modal espectral de la hostia.

Álex Barbat

Álex Barbat, presidente de la AEIS, comenzó lamentando las enormes pérdidas que un terremoto moderado y previsible ha provocado. Hizo la comparación con el terremoto de L’Aquila, también superficial, con el epicentro muy cerca del casco urbano y que provocó pérdidas gigantescas … pero que tuvo una intensidad de 6, muy superior al de Lorca (recordemos que las intensidades se miden en escalas logarítmicas).

En cuanto al mapa sismorresistente actual, Barbat no cree que esté desactualizado, y cree que esencialmente las prescripciones de diseño de la NCSE-02 son correctas. Si bien en general el apartado de cálculo se cumple en los proyectos, no es así en las prescripciones sobre el armado (ni, añado yo, las prescripciones sobre geometría, que no hay quien no se las pase por el forro!).

En cuanto a los reticulares, bestia negra de los ingenieros sísmicos, reconoce que tendrá que convivir con ellos, qué remedio, porque si algo es del todo inmóvil en nuestro país es la mentalidad de los promotores. Pero eso sí: se deberá reconsiderar su nivel de ductilidad, actualmente con un coeficiente 2, para reducirlo hacia el 1,5, en atención a un estudio de más de 10.000 casos. Y aquí viene a dar la razón a Regalado, dado que reducir la ductilidad equivale a aumentar los esfuerzos de cálculo…

Bueno, compañeros, lo dejo aquí, aunque todavía podría llenar algunas páginas más con las interesantísimas intervenciones de Hugo Corres, de Ramón Álvarez y de la mesa redonda que hicieron todos juntos después. De hecho tomé 15 páginas de apuntes y me he dejado muchas cosas en el tintero, pero el límite se debe poner en algún lugar.

Tengo entendido que los compañeros de Zigurat han grabado toda la jornada en vídeo, y se supone que en algún momento podremos ver al montaje. Además, existen dos documentos de lectura obligatoria, uno realizado por el Instituto Geológico de Cataluña y el otro por Florentino Regalado y Asociados. El primero lo podéis consultar aquí, y el segundo aquí.